En 1975, a seis días de que falleciera el dictador Francisco Franco, España firmó un acuerdo con Marruecos y Mauritania. Este acuerdo
jamás será publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Nuestro país se compromete a retirarse del territorio permitiendo su reparto colonial entre Marruecos y Mauritania.
Los nuevos colonizadores lanzan sus ejércitos sobre el territorio. La fuerza aérea marroquí bombardea núcleos urbanos llegando a
utilizar napalm y fósforo blanco. Decenas de miles de saharauis huyen hacía Argelia donde se construyen campos de refugiados.
El Frente Polisario decide plantar frente al potente ejércitos invasores organizando una guerra de guerrillas. Mauritania se rinde en
1979 reconociendo la soberanía del pueblo saharaui sobre el Sahara Occidental. La guerra contra Marruecos durará 16 años.
En 1991, bajo la supervisión de la ONU, se firma un alto al fuego. En ese momento, Marruecos controla un 80% del territorio del Sahara
Occidental incluyendo zonas pobladas, depósitos de fosfatos y caladeros pesqueros. Al Frente Polisario le queda un territorio inhóspito del desierto interior. Marruecos construye un muro de más de
2.200 km que separa ambos territorios. A su alrededor se encuentra uno de los campos de minas más grandes del mundo.
Finalmente, la ONU estipuló un plan de paz que consistía en la convocatoria de un referéndum para elegir entre la integración al Reino
de Marruecos o la autodeterminación. La creación del censo tardó ocho años y cuando fue publicado en 2002, Marruecos se negó a firmarlo.
Veinte años después el referéndum aún no se ha celebrado. Mientras tanto, Marruecos anima a sus ciudadanos a mudarse al
Sahara Occidental para garantizar su éxito ante la celebración de dicha votación.